Mujer ¿Porqué lloras? Porque se han llevado a mi Señor y no se donde le han puesto.

Preciosa porción de la palabra de Dios que se encuentra en el evangelio según San Juan capítulo 20 verso 13.
Estudiando este capítulo de la palabra y meditando, me vino a la mente este tema. ¿Dónde está Jesús? ¿Lo tienes contigo?, ¿Crees que lo tienes contigo o dejaste que te lo robaran? Muchas veces creemos que Jesús está con nosotros, ya sea por rutina o por costumbre, pero en realidad no está con nosotros. María y José pensaban que Jesús estaba con ellos, pero que equivocados estaban. Aveces nos dormimos en los laureles y nos recostamos de bendiciones, acciones pasadas y nos olvidamos de renovar nuestra vida y relación con Jesús. Necesitamos un sacudión, necesitamos despertar de ese letargo y renovar nuestros votos de consagración con Dios. ¿Dónde estáJesús?, ¿qué lugar le estás dando en tu vida?. ¿Le estamos dando el primado o lo estamos dejando para si sobra tiempo o nos acordamos?. Nos creemos que con ir a la iglesia, cantar dos o tres himnos o coritos, dar la ofrenda y los diezmos ya cumplimos. Dios exige más que eso, Dios exige intimidad con El. Tener comunión con El. Sentir su presencia en nuestras vidas. No sólo dar por hecho que El, está ahí,, hay que sentirlo. Tener la seguridad. Sansón creía que lo tenía, se recostó de sus bendiciones pasadas, de sus méritos, de sus logros pasados y se olvidó de renovar y mantener la bendición de Dios en su vida. Se apoyó en su propia fuerza.Ya sabemos el desastre que aconteció en su vida, por dejarse robar la bendición de Dios. Jugó con ella y sufrió las concecuencias. En cambio muchas veces creemos que Dios no está con nosotros, que se lo llevaron, que estamos solos y nos sentimos sin fuerzas y desmayados. Basta solo con mirar y vemos como le pasó a María, estaba ahí justo detrás de ella, pendiente a su dolor. A Jesús le importa el sufrimiento de sus hijos. Recuerden que le preguntó..¿Mujer porqué lloras?. Encerrando en esta pregunta tanto amor, demostrando que El, si estaba con ella, que a El, le importaba su sufrimiento y que no estaba sola. Amado Hermano que me lees, no dejes que el hortelano se lleve a tu maestro, agarrate fuerte de El y no te separes de El. Como pámpano quédate pegado de la vid verdadera que es Jesús.El enemigo vino a hurtar, robar, matar y destruir. No dejes que te roben a Cristo. Piensa en José y María que tuvieron que buscarlo diligentemente e ir a la casa de Dios a encontrarlo.Lo buscaron hasta que lo hallaron.¿Dónde pues podemos hallar a Jesús?, donde siempre ha estado, en los negocios de su Padre.
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Dios le bendiga
Magdalena Gómez