Talvez usted dirá nunca he escuchado de este síndrome, pues le diré que este síndrome como le llamaré se registra en la escrituras desde los principios de la raza humana. Me explico. Un síndrome según el diccionario de la Real Academia Española es "Conjunto de fenómenos que caracterizan una situación determinada". A ésto le añado el nombre de Saúl porque fue unos de los que el síndrome le atacó fuerte. A principios de la historia de la raza humana, Caín fue víctima de este síndrome y tuvo una consecuencias tristes. Este síndrome se caracteriza por sentir un malestar por el éxito, popularidad, ministerio de la otra persona. Todo está bien hasta que Dios empieza a usar el herman@ con unción, lo escoge para un ministerio, lo capacita, lo llena de su gracia, sabiduria y poder. Todos sabemos la historia de Saúl. Fue el perimer rey de Israel. Al principio la biblia nos muestra un Saúl, humilde, obediente que se dejaba regir por la voluntad de Dios. Ya cuando se sintio grande y poderoso, ya no necesitaba obedecer, ni escuchar la voz de Dios. Se convirtió en un hombre obstinado. Esto causó que Dios se desagradara profundamente y lo desachara , proveyéndose de alguien mejor. Saúl apreciaba mucho a David, todo iba bien hasta que una cancioncita cambió el sentimiento de amistad, aprecio, estima, por rencor, odio, envidia y un disgusto interminable. "Saúl hirió a sus miles, Y David a sus diez miles". Se le fue el gozo a Saúl, ya no vio más a David con buenos ojos. Hoy en día vemos esto en la vida cristiana. Hermanos que aprecian , estiman pero cuando empiezan a escuchar comentarios donde se elogia, se reconoce, se admira al otro hermano, algunos se sienten amenazados y empiezan a albergar un mal sentimiento contra el hermano. Provocando así, iras, envidias, enojos, malos deseos y falta de amor. Amado hermano no deje que este síndrome le ataque. Madrúguele al diablo, no le haga part time. Alégrese de los triunfos de su hermano. Si el hermano tienen mas conocimiento que usted en la palabra , alégrese, trate usted de aprender también.Ese hermano pagó un precio para saber lo que sabe. Usted tiene su talento, su gracia, usted tiene lo suyo. Dios nos hizo diferentes. Todos somos útiles en las manos de Dios. Todos somos parte del cuerpo de Dios. Para Dios todos somos importantes y necesarios en su obra . Limpiar el templo, repartir un tratado, hablarle a un alma, cantar una alabanza que salga de lo más profundo del alma, ayudar al necesitado, ser dadivoso, predicar, enseñar. Todo sea para la gloria de Dios. Hay trabajo en la viña. Pídale a Dios que lo ilume y lo capacite. El Espíritu Santo enseña, capacita, da sabiduría. Sólo tiene que rendirse a El y dejar que El lo use como quiere. No deje que el síndrome de Saul se meta dentro de usted, arruine su vida y acabe como Saúl. Repréndalo en el nombre de Jesús y verá la gloria de Dios en su vida. Dios le bendiga. ¿Le viene a la memoria algún ejemplo bíblico de alguien más que fue atacado por este terrible síndrome...?
